Poema de Jeannette Miller
Una mariposilla a contraluz me sobrevuela.
Sin percibir su esencia,
descubro
cómo la oscuridad se puebla de puntos brillantes que le roban su imperio.
La mirada la sigue
sin poder ubicar un espacio preciso.
El juego de pupilas me entusiasma
y comienzo a sonreír.
Tomo conciencia de que me conoce
se comunica conmigo,
me alza con su vuelo hacia túneles de luz cada vez más brillantes
Suspendida en el tiempo
oigo el corazón del mundo que se abre immensurable
a una claridad placentera.
Eres Tú, Señor.
Julio de 2011
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