Tuesday, September 30, 2014


Sola

Por Jeannette Miller

En medio del gentío eres nadie.
Pasan cuerpos y caras
Buscas rasgos conocidos y chocas con el drama de la muerte
lenta,
sorpresiva al principio.
No hay hijos,
No hay nietos.
No hay nadie.
Sólo la violencia arropando el ambiente como una nube negra.
La violencia total.
Tiros.
Puñaladas.
Violaciones.
Asaltos.
Charcos de sangre podrida.
Moscas sedientas de carne amoratada…
Tratas de avanzar y
te pisan,
te empujan,
te chocan,
te jalan la cartera…
La luz,
que parece inalcanzable,
se vislumbra más allá
de un plafón manchado de tierra  polvo.



Los días de lluvia me entristecen.

Por Jeannette Miller

Los días de lluvia me entristecen.
La ciudad se torna gris como un lagarto.
Las cunetas desbordan taponadas de basura
y los transeúntes se ocultan bajo los aleros de las casas
o se cubren con pedazos de periódico
y  fundas plásticas.
La lluvia desnuda la pobreza
que sale a flote en restos de comida a medio podrir
y pedazos de latas y botellas
que resultan peligrosas para el que  transita.
Enfrentar la ciudad como es,
sin el maquillaje de las luces y los grandes edificios,
Quedarte sordo  con la voceadera de los vendedores ambulantes
y al caer la noche
sólo voces que murmuran sus preocupaciones y  su gran indefensión.
Las telas pierden su brillantez con la humedad y el calor
que unifica los tonos convirtiendo las ropas y los toldos en una sola mancha…
Haciéndoles el juego,
la lluvia color niebla y mi corazón oscurecido por la sangre.