Los días de lluvia me
entristecen.
Por Jeannette Miller
Los
días de lluvia me entristecen.
La
ciudad se torna gris como un lagarto.
Las
cunetas desbordan taponadas de basura
y
los transeúntes se ocultan bajo los aleros de las casas
o se cubren con pedazos de periódico
y fundas plásticas.
La
lluvia desnuda la pobreza
que
sale a flote en restos de comida a medio podrir
y
pedazos de latas y botellas
que
resultan peligrosas para el que
transita.
Enfrentar
la ciudad como es,
sin el
maquillaje de las luces y los grandes edificios,
Quedarte
sordo con la voceadera de los
vendedores ambulantes
y al
caer la noche
sólo
voces que murmuran sus preocupaciones y su gran indefensión.
Las
telas pierden su brillantez con la humedad y el calor
que
unifica los tonos convirtiendo las ropas y los toldos en una sola mancha…
Haciéndoles
el juego,
la
lluvia color niebla y mi corazón oscurecido por la sangre.
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